El área de litigo presta sus servicios bajo tres estructuras cualitativas; a saber:
1) Generales: Inventario de procesos que surgen en la cotidianeidad de las empresas y que requieren control eficiente, respuesta real y solución adecuada en la relación costo-beneficio.
2) Especiales: Dentro de un modelo de justicia en el que la media de eficiencia se sitúa por debajo del 5%, la empresa se ve expuesta, por activa o por pasiva, a litigios penales que requieren ─en función al criterio de intervención─ de un índice porcentual de resolución muy superior; para ello, se adoptan planes de acción especiales.
3) Boutique: Por su relevancia social, económica, política y por la exposición mediática, se requiere un alto litigio estratégico, seguimiento full-time y comunicación constante con los niveles directivos de las compañías.